
Abriendo el pecho… Dando la cara a la vida…
Es tiempo de que las torres se derrumben y, en simultánea, también es el momento de construir los Puentes…
El mismo material de las murallas y las fronteras que hasta ahora nos han separado, deben de servir para trazar los vínculos que nos unan. Es el momento de la transformación.
Por ello hay que saber equilibrar muy bien al individuo con el medio social.
No podemos ser tan individualistas que pongamos fin a la integridad, pero tampoco podemos convertir la nueva sociedad en la anulación del individuo.
Hay que redefinir los lazos que nos unen y encontrar la armonía entre el yo, y el nosotros.
No podemos insistir más en el separatismo, debido a que el holograma cósmico nos demuestra que todo está unido, conectado, y ahora es cuando podemos ser conscientes de ello.
La Tierra es una, y lo que pasa en África, América o Asia nos afecta a todos.
No podemos seguir ignorando que el planeta es uno, que la humanidad es una y que la VIDA es una.
El ego, que también es uno, se empeña en cambio, en hacernos ver múltiples caras… La de víctima, la de Salvador, la de Maestro, la de Discípulo, la de esto o de aquello, dónde las polaridades chocan y no consiguen ser complementarias.
El Ser no tiene rostro.
El momento es entonces el más propicio para que desmontemos las torres de cada uno de los egos, sus defensas, sus muros, sus miedos y,… nos abramos a la posibilidad que ese mismo ego sea el que edifique las uniones, los vínculos sanos, las relaciones incondicionales, así como el aprecio a todo, la gratitud por lo que experimentamos a diario y a la sencillez de lo auténtico.
Pero, en todo caso, mantengamos el ojo puesto en el ego sin descuidarlo, porque cuando nos olvidamos de lo mencionado, El nos aprisiona en la identificación con la memoria de lo vivido; nos hace reaccionar sin discernir y nos propone el único juego cuyas reglas domina: el del sufrimiento, de manera que lo volvamos a empezar.
La espiritualidad es, por lo tanto, la conciencia de que la Verdad es UNA.
Todo forma parte del todo y está integrado. Así, el Maestro Jesús nos recuerda: lo que une es verdad, lo que separa es mentira.
Texto corregido y aumentado por mí, con base en lo escrito por TAI AIM.
!!!FELIZ PREPARACIÓN AL RENACIMIENTO EN LA LUZ!!!