
La Puerta de la Luz se presenta de nuevo ante nosotros y se abre para que demos el paso siguiente.
Se trata del segundo solsticio del año que, ahora, es de verano en el sur y de invierno en el norte.
Hasta la fecha en el mundo, la Navidad ha sido la expresión cultural e histórica que ha potenciado este conocimiento y, a nivel energético, lo ha convertido en patrón cósmico de celebración. Por ello, en la liturgia religiosa, se da la preparación a la llegada en los 4 domingos anteriores, cuyo símbolo se manifiesta en la corona de adviento. No obstante,esta dimensión que, siempre se nos ha revelado desde lo trascendente, no deja por eso de invitarnos a plasmar dicho sentir en el mundo material que es, en realidad, la escuela taller dónde nuestras manos moldean la arcilla de las realizaciones personales. Nos ponemos a prueba de nuestros aprendizajes, mediante la ejecución de los planes o, lo que es lo mismo, dando forma a nuestra Verdad.
Todo lo que supuestamente decimos abiertamente, es ahora cuando toca demostrarlo con la práctica, porque las Escrituras hablan del más grande evento posible: El Verbo se hace Carne y habita en la Tierra.
Las obras nos aterrizan, es decir nos ubican polo a-terra. Todo lo que ha estado en el reino de la intención y de la idealización se nos da la oportunidad que salga del campo de las suposiciones o las teorías, así como de las bonitas ideas, de los conceptos, creencias filosofías o visiones, para darle paso a la acción y llevarlo a cabo mediante el obrar.
La vida nos recuerda cada año, el test perfecto donde somos evaluados para calibrar nuestro desarrollo interior y es en el cumplimiento de lo que predicamos.
Por esta razón la Navidad también es inquietante, ya que trae a cada uno un planteamiento demoledor: ahora que ante tus ojos la Puerta de la Luz se abre:
1. Qué de todo lo que pensaste y dijiste hiciste verbo? o,
2. Qué estás dispuesto a cumplir?
El problema es que un número importante de personas viven desconectadas de su SER, sólo en sus pensamientos, o en su cabeza y, cuando se formulan planteamientos, son los primeros en afirmar:
…Que si esto pero que si aquello…
…Cuando llegue la, o …el día…
En el momento que me den…entonces…
Pero la existencia nos confronta con dos principios de realidad:
1. Plutón, con la demoledora experiencia de la desaparición del mundo de la forma, o sea el fin de la vida individual y, los cambios drásticos e inexorables y
2. Saturno con las limitaciones y las barreras, la incapacidad, la restricción y el saber de forma fehaciente que el océano infinito de lo sentido y pensado en una vida no se puede llevar a cabo.
Ante todo, esto es legítimo formularse el siguiente interrogante:
¿Se pueden aplicar las bellas ideas e inspiraciones a esta dura y a veces cruel realidad?
Hay quien se refugia en las fórmulas y protocolos establecidos a lo largo de los siglos por la religión o, en última instancia, del debería, como consecuencia de lo implacable e indefectible que son las condiciones del mundo.
Otros van incluso más lejos y utilizan la pseudoespiritualidad, para tratar de evadirse de lo que denominan dureza de la vida.
Pero todo esto es en vano, ya que se trata de la evasión del propio SER, único motivador de las intenciones y los pensamientos de cada persona.
El Iniciado debe aprender a vivir los principios del espíritu, conociéndolos y respetándolos al igual que asumiendo sus implicaciones en las leyes de la materia.
De este modo el verdadero desarrollo interno debe llevarnos a la provisión de las capacidades de anticipación semejantes a las de un banquero a la hora de comprender el entorno; del impulso irrefrenable de un empresario al momento de decidir formar una; de la sensibilidad creativa de un artista al momento de la inspiración; de los conocimientos novedosos propuestos por un científico; del poder de un atleta para alcanzar el logro en unas olimpiadas o de la visión de un filósofo y, por supuesto, de la profundidad insondable un místico que sólo se conforma con alcanzar la Verdad.
En este día, por tanto, se nos revela que hemos venido a plenificar un ser humano completo, consciente, implicado y al servicio de la comunidad. Esto sí, de la misma manera que asumiendo con voluntad la superación de los miedos, de las incoherencias vitales y trabas individuales, sacando a fuego la mejor versión de sí mismo con base en el Amor Propio y la generosidad.
¿Utopía ?. Eso dirían muchos, pero no es así.
Simplemente trabajo Iniciatico. Y qué se podría entender por esta clase de empeño?
No hablo de alcanzar la perfección, sino del logro del desarrollo integral u holístico como se insiste desde la terminología.
Hasta ahora siempre hemos ido al especialista, al que destaca en una o dos tendencias únicamente, pero
el nuevo tiempo nos recuerda «desarroll-arte» con todo tu potencial, o hacer crecer, al mismo tiempo, los dos brazos y las dos piernas al estar unidas al tronco, la cabeza y el corazón.
La denominada nueva era, nos invita a elaborar la canción de la síntesis.
Si somos valientes y nos dejamos retar, al respecto, a través de nuestras partes no desarrolladas, ahí tendremos la ducha fría que la verificación nos muestra, para empezar a mejorar en nuestras carencias. No obstante, en simultánea, también veremos la relajación del sentido último de las cosas y el llenar de color la vida con significados. Y todo esto junto tiene un sólo nombre:
! Responsabilidad !
De manera que revisa y celebra, quizás y sólo por tu recia firmeza y voluntad Nazca al fin la Luz del Creador en tu Ser.
¡Féliz Solsticio! para ti y para la nueva humanidad que vamos a dar a luz responsablemente, si acogemos participar de forma protagónica en la Aventura de Ser.