La visión desde la bóveda celeste, consiste en plasmar el cielo en la tierra. Por eso la divinidad se sigue regocijando con su obra y alcance.
Ver, es una acción mucho más profunda que la experiencia óptica. Se trata por tanto de una capacidad del cerebro y de la mente, para vislumbrar en lo no manifestado, o sin haberse realizado. Adicionalmente, podemos ver con la piel o el tacto, así como con el oído, con el olfato y todos los sentidos…
Y qué lo hace posible?
El hecho que la sensitividad, el cerebro la consigue convertir en imágenes mentales.
Al poderse dar, de ésta manera sinestésica, también conlleva movernos, actuar y avanzar.
Por ésto mismo, para realizar el propósito de vida, hay que VERLO dibujado primero en la mente y luego trabajarlo como horizonte de inspiración.
Quien le teme al fracaso, ya lo ha dibujado y por esa misma causa consigue hacer de éste un fotograma en su mente, razón por la que se sentirá compelido a llevarlo a cabo.
Una visión es, por lo tanto, una anticipación a lo que será la realidad en forma de ideación.
Si veo la cumbre, ya estoy visualizando que a ella arribaré en el futuro, ya que en mí interior sé que pronto estaré allí.
Con base en esta perspectiva, la inteligencia sentiente, leposibilita a los ojos llegar antes; llegar primero, pues la visión antecede al logro.
Y esto no se trata de mera fantasía, o simple imaginación… Las poderosas imágenes de los pioneros o creativos mueven la energía y generan capacidad de transformar la realidad. Éstas, de lo que gozan es de autenticidad, de confianza y, sobretodo de poder interior.
La verdadera posibilidad entonces, está en religar la acción con la inspiración más allá de doctrinas, creencias y dogmas. Es un acto de fe incondicional, esa que nos dicen: mueve montañas.
Sin visión interior entonces, no es posible alcanzar el resultado. Por lo tanto, lo que le sigue a esta es, lo que en lenguaje coloquial llaman suerte o éxito.
Por dicha razón un entrenador sólo puede
Insuflar seguridad y confianza a su equipo; incitarlo para que sean capaces de anticipar el resultado y lo celebren con alegría y gratitud en el corazón desde antes.
Lo mismo que un general haría con su ejército o, el ejemplo paradigmático de la tarea inaplazable del maestro con sus alumnos.
De lo anterior se desprende que la Buena Suerte, así denominada en occidente o, Dharma en oriente, es esencialmente confianza en la fuerza de uno mismo.
De manera que no hay mejor regalo para dar inicio a una nueva etapa, un Año Nuevo, que ofrecer confianza en todo momento, a todas las personas y como resultado de la experiencia de vivir la vida y disfrutarla.
Cuando alguien te dice de verdad, desde la convicción que el sentimiento ofrece: «Confía en ti», algo poderoso se despierta y se activa para bien del Ser y su obra.
No obstante, es preciso que por ti mismo aprendas a encender esa llama de tu Ser, sin requerir estímulos externos.
Por eso: …Aunque te caigas, aunque te equivoques, aunque todo salga mal… Todo lo puedes revertir, todo se puede lograr si no claudicas en tu sentir…
Si te rindes, te traicionas a ti mismo.
De modo que genera tú propia suerte: aprende a confiar totalmente en ti desde ya.
Y no olvides que los variados ensayos que se requieren para obtener el resultado anhelado, te harán más fuerte y dispuesto, en la misma medida que humilde y flexible.
Lo que no se ha logrado en diez años, se puede conseguir en un segundo, siempre y cuando mantengas la confianza intacta y, clara la perspectiva, de lo que te guía y del camino a transitar para alcanzar los frutos deseados. En el 22, número de los senderos del Árbol de la Vida, está la sabiduría del regreso a lo Auténtico. Son las letras principales del alfabeto hebreo de los kabbalistas y el conocimiento guardado en los Arcanos.
Te queda entonces alguna duda del mensaje que trae para nosotros el año que está por entrar?
Arriesga pues, desde la Confianza de tu visión interna y disfruta ya, la senda que te llevará al resultado único: la conquista de quién eres. !!!FELIZ NOCHE VIEJA Y NUEVO AÑO!!!
CARLOS ALFREDO MATALLANA 