Sé que estás interesado en hallar tu verdad y esa es la clave de nuestra comunicación por este medio. Al respecto me gustaría aclararte que dicho camino es el resultado de un empeño denodado que no se alcanza de una semana para otra o, en un par de años siguiendo una fórmula estratégica.
La causa de esto radica en que el alma, en su afán de “experimentar hasta la saciedad”, juega a ser Dios y el apego a la adrenalina causada por esta vivencia la lleva a regresar múltiples veces al plano material, sin fijar un límite de oportunidades. Sólo así se crea lo que en el budismo se denomina la Rueda del Samsara, causa última de lo ilusorio que, por el lenguaje cinematográfico, ha pasado a conocerse bajo la denominación de “la Mátrix”.
En el primer viaje que pude realizar a España, para cursar estudios superiores y dedicar tiempo a la introspección personal, en el año de 1992, pude dar inicio a la tarea de recordar ¿Quién Soy? y, con base en ese planteamiento, indagar ¿Para qué he venido a este bello planeta?
De ese momento me separan ya 28 años, pero te puedo explicar que fue precisamente allá, donde la comprensión de muchas cosas comenzó a abrirse y, desde entonces, he venido recogiendo múltiples piezas de mi SER, como si de un rompecabezas se tratara, con la finalidad de ir dando forma al paisaje en que me contextualizó.
Por todo lo anterior, he debido acometer una labor de artesano que, con aceptación, paciencia y gratitud incondicionales, me ha llevado a visitar muchos lugares en diferentes continentes, realizar cursos y talleres, así como leer libros y conocer maestros a través de los cuales he ido retornando paulatinamente a la imperturbabilidad de mi corazón desde el desapego a mi identidad personal.
Sólo la voluntad inquebrantable de soltar lo externo a mi esencia y hallar el plan divino del que hago parte, me está brindando las pautas requeridas para rasgar el velo de la obnubilación en el que han permanecido extraviados mis sentidos por tantos años, de la mano con mis emociones y creencias, y en esa medida reconocer que Soy Amor y que he venido a comunicarlo de todas las formas posibles.
Las espinas de las bellas rosas que me han sido ofrecidas en esta senda, han provocado que la sangre brote y pueda salir de la comodidad en que me ha invitado a instalarme la publicidad y los medios a lo largo de mis días.
Al mismo tiempo, he debido practicar durante largos períodos de retracción el silencio y la renuncia a lo mundano, que cada vez abrazo con más alegría. Ya no tengo prisa por destacar y obtener reconocimiento y con este enfoque la lucha interior se ha ido.
Parecería contradictorio, pero quien se rinde a la tensión y suelta la conquista de la sobrevivencia avanza y, por el contrario, quien se resiste logra rasgarse más profundamente y atomizarse hasta la disolución.
Oponerse a la quietud del encuentro contigo mismo, como el sistema de creencias lo plantea, te coarta la libertad y te impide que la corriente de la vida arrastre a su paso y, en forma arrolladora, todo lo que es vano e innecesario pudiendo deshacerte de la falsa identidad.
La ruta hacia ti, se halla más allá de la armadura con que te reviste El Gran Oponente (E.G.O.) y de las infinitas batallas a las que te envía, si tú olvidas que eres el protagonista del camino de tu vida.
Cuenta conmigo y mi abrazo de comunión fraterna para avanzar sin claudicar.
Carlos Alfredo Matallana M.
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